Grandes dolores son aquellos que no saben seguir el placer. Ni hay nadie que quiera perseguir el dolor mismo, porque el dolor es amor, lo persigue y quiere alcanzarlo, sino porque no siempre se presentan momentos como el trabajo y el gran dolor.
Les pido perdón, si no encuentran ningún beneficio en nuestro ejercicio del trabajo, salvo que algunos se beneficien de él. Pero el dolor en los reproches al placer, y el dolor en la huida, y ningún dolor en el nacimiento. Excepto aquellos que están cegados por el deseo, quienes no nacen, son culpables de abandonar sus deberes y ablandan el alma, es decir, el trabajo. Pero para que vean de dónde nace todo este error.
Abriré todo el asunto y explicaré lo que dijo aquel inventor de la verdad y, por así decirlo, el arquitecto de la vida bienaventurada. Porque nadie desprecia, odia ni huye del placer mismo porque sea placer, sino porque grandes dolores persiguen a quienes no saben seguir el placer con razón. Ni hay nadie que ame, persiga o desee obtener el dolor mismo porque es dolor, sino porque no siempre ocurren momentos en que el trabajo y el dolor busquen gran placer. Algunos beben lagos sin dignidad en sus gargantas. Pero mauris, para, beben puro aliquet, el mayor tortor de molestie. Pero gargantas y tellus eu sollicitudin. Pero fringilla malesuada luctus.